Minute of Islands ha sido el séptimo juego de este 2023, una aventura gráfica corta, relajante, visualmente cautivadora, pero sencilla en exceso y repetitiva. Analizo brevemente esta obra tan poética como pobre en su ejecución.

100% - 6h

Una aventura gráfica que solo apuesta por lo visual

Las aventuras gráficas son un género que me gusta mucho, consiguen a través de sus limitaciones contar historias y hacer que el jugador deba devanarse los sesos. Por desgracia, desde la llegada de los juegos episódicos de TellTale Games, el segundo aspecto ha perdido cada vez más peso y el primero no ha conseguido mejorar tanto. Desde hace un tiempo que a juegos que consisten en un par de interacciones puntuales, alguna elección en diálogos y recoger un objeto, son denominados aventuras gráficas, no voy a enrollarme a explicar porque esto es completamente erróneo, pero este es uno de los hijos de este tiempo.

Y es que Minute of Islands no tiene nada de especial a nivel de videojuego, contando con un control poco pulido, algo que afecta a su lento ritmo, haciendo que resulte a veces exasperante moverse por su precioso mundo. Cualquier simple acción tiene un extraño retardo con el que da la sensación de que no está detectando los inputs. Es algo que hace su navegación farragosa y en un par de ocasiones puede suponer errar en alguno de los rompecabezas (por llamarlos de algún modo) que nos encontramos.

Pero es que Minute of Islands es precioso

Está muy claro cuando te pones a los mandos que todo está dirigido a su especial apartado visual. Un aspecto gráfico impresionante, que cautiva y consigue atraparnos en este deteriorado y decrépito mundo, al mismo tiempo que nos maravilla y consigue que sigamos atraídos por aquello que veremos a continuación.

Cada isla que pisamos es un pequeño mundo con sus propias características, su fauna, su extraña flora, sus particulares entrañas (literal). Y cada uno de estos mundos es un ejemplo perfecto de buen diseño visual, de variedad y de atención por el detalle. Cada objeto en el escenario cuenta parte de esta historia de una distopia, de un mundo en ruinas, de la decadencia en la que viven los personajes.

Entre esto y su íntima historia de redención, el juego puede conseguir atraparte, a pesar de que continuamente juega en su propia contra. A pesar de que te quite el control cada dos por tres para mostrar un recorrido evidente o un punto de interacción visible, a pesar de que es extremadamente lento y a pesar de que es demasiado sencillo y repetitivo. A pesar de todo, lo visual salva a esta pequeña aventura gráfica.