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Superman, una historia de Dioses y Monstruos muy humanos

Vi en el estreno Superman con una mezcla inicial de expectación e indiferencia. No es contradictorio, siempre estoy expectante por un blockbuster cuando proviene de un buen director y un buen equipo, la indiferencia venía porque,- redoble de tambores-, Superman nunca me ha hecho tilín. Supongo que será por no haber visto más que las películas y la visión que te llega del personaje desde siempre como icono pop que es. El resultado ha sido ha sido  salir del cine con buen rollo gracias a una película con un ritmo que no para, llena de momentos memorables, mucha personalidad, un mensaje buenista muy necesario en la actualidad y el redescubrimiento de un personaje que creíamos conocer.

El cómic de superhéroes por antonomasia por fin llega a la gran pantalla

Alguno va a leer ese título con un gesto de desaprobación más que merecido. Pero seamos sinceros, casi todas las adaptaciones hasta el momento pecaban de dos cosas: o eran fieles en exceso a algún aspecto concreto del material original o cambiaban por completo su tono para adaptarlo a la gran pantalla. Lo primero es un mal que nos mostró Snyder cuando en sus adaptaciones las mejores imágenes destacaban realmente por ser exactamente iguales que en el cómic en el que se basaban (y no solo hablo de 300). Respecto al tono, también lo vemos en Snyder, que es de aquellas personas que confunden lo oscuro y la violencia explícita como algo maduro.

Esta película de Superman es muy fiel a la imagen general del personaje en sus cómics y al tono que tiene. Lo mejor es que James Gun solo tarda unos minutos para romper con todo lo establecido en las adaptaciones cinematográficas del superhéroe.

Para empezar, decide resumir todo lo sucedido hasta el momento con uno de los resúmenes en texto más ingeniosos que se han visto, usando el número 3 de forma constante y divertida dejando claro que este universo no requiere de las presentaciones de nadie. Todos conocemos a Superman, su historia de origen y sus poderes, vayamos directos al grano. Y ese grano es la primera de las muchas batallas que nuestro protagonista perderá a lo largo del filme.

Que la primera vez que veamos al metahumano más poderoso del mundo sea convalesciente, tosiendo sangre y con dificultades para respirar es todo un golpe en la mesa. Sí, es un ser ultrapoderoso, pero es un ser que siente y padece, que puede sufrir como todos los demás y esto es muy importante para entender sus motivaciones a partir de este momento.

superman 2025 superman en el hielo sangrando y herido casi incapaz de moverse

No contento con este inicio tan especial, James nos presenta a Krypton, el endiablado perro con superpoderes mal adiestrado que se come todas las escenas en las que aparece y que arrastra a nuestro héroe a su fortaleza en la Antártida. Allí dentro, unos simpáticos robots, tan conscientes de su programación como empáticos en una extraña medida, que se ocupan de ayudar a su amo.

Es decir, en solo unos minutos ya te ha dado la vuelta a la visión que nos dejó de Superman don Snyder y te dice que a tope con toda la fantasía de los cómics, que no hay aspecto de los mismos que se vaya a suavizar para hacerlo más “realista”. El director tiene claro que la verosimilitud viene de la coherencia interna, no de copiar nuestra realidad y lo abraza con todas sus consecuencias.

Por supuesto tras una rápida cura con rayos solares lo primero que decide es salir volando de vuelta a la batalla y madre mía que vuelo, la sensación de velocidad y de inercia es la mejor hasta la fecha, demostrando además el héroe  experiencia siendo juguetón.

A todo esto le sigue la genial introducción de nuestro villano, Lex Luthor, comandando con claves de letra y números los movimientos del ser que está dando una soberana paliza a Superman. No voy a detallar más este fantástico primer acto, pero no se da puntada sin hilo. Solo decir que en los siguientes minutos se introducen conceptos como universos de bolsillo, se dan pistas de secundarios de gran valor y del papel de los ciudadanos en esta historia.

Para llevar las cosas más lejos a lo largo de la película veremos Kaijus, otros superhéroes que forman la Banda de la Justicia, la mejor Lois posible, los compañeros de Daily Planet de Clark Kent, las intervenciones en política de Lex,... desde luego parece imposible que todo esto se pueda desarrollar correctamente en una película de dos horas. Por suerte, un ritmo rápido propio de las historietas y el uso inteligente del contexto y de diálogos muy directos y claros hacen que no se pierda un segundo incluso con los gags marca del director.

Fotograma de la película Superman de 2025 en la que un Kaiju lanza fuego por la boca hacia un edificio

Personajes más allá del arco del héroe

Para acabar de marcar diferencias con el cine de superhéroes hasta ahora, tras todo esto sucede una escena clave en la película, una tensa conversación entre Lois y Superman. Y a partir de aquí ya no se esconde (en ningún momento pretendía hacerlo) el carácter marcadamente político de esta obra. La posición de Clark es clarísima y se resume en su amor por la vida de todas las personas, sin ambages, sin excusas.

El viaje de Superman pasa por superar nuevas dudas, pero el más interesante es el de Lois que descubre que a veces que el mundo, tan complejo como es, puede ser entendido igualmente por alguien con optimismo, con esperanza, por alguien que disfruta del desayuno en la cena. Y lo maravilloso es que lo hace sin ser rescatada, al revés, su actividad es relevante y va más allá de escribir artículos.

Por su parte, Lex, tiene la evolución más importante, no interna, sino externa, ya que él es el único que nunca duda de sí mismo, a pesar de dejar claro constantemente que le queda poca humanidad. El nivel de maldad y frialdad que muestra llega a resultar chocante, con alguna sorpresa para el espectador incluso dentro de lo que podría resultar previsible. No son golpes de efecto, son un puñetazo en la boca del estómago para que el espectador no tenga un respiro.

superman 2025 fotograma con Lex Luthor herido y enfadado

Superman es humano

Cuando se ha tropezado en varias ocasiones, le has visto sufrir incapaz de levantarse siquiera, consiguiendo la confianza perdida de quiénes no conocen su figura y de quiénes le dan la espalda por cierta estratagema mediática.

Debo hacer un inciso sobre la genialidad con la que la película habla del odio en las redes sociales, son tres apuntes, pero en el último momento se genera uno de los mejores gags gracias a la visión de Gun sobre las famosas granjas de bots. Todo esto es importante, porque no se trata solo de cómo se percibe a sí mismo el kryptoniano, como le perciben los demás, teniendo en cuenta el enrome poder que tiene, es algo que hace que aparezcan las dudas.

La película muestra estas dudas y las convicciones fuertes del protagonista a través de dos geniales diálogos con Lois, en el primero ella marca la posición de fuerza, a pesar de encontrarse ante el más fuerte de los metahumanos. Lleva una entrevista con profesionalidad y mostrando su visión a veces algo cínica y llena de dudas del mundo, algo que choca de frente con el principal argumento del héroe: “iban a morir personas”.

Todo esto se repite en la siguiente conversación, mucho más íntima y cercana en una escena que aprovecha para dar otra pincelada más de este universo de cómic con un gran monstruo siendo controlado por la Banda de la Justicia, la normalidad con la que se acepta esta realidad le da un toque de realismo mágico maravilloso. Aquí comprendemos, a través de los enamorados ojos de Lois que hace tan especial a Clark: su confianza, su bondad y eso se ve con su acciones constantemente.

Lo mejor es que a partir de este momento todos los demás personajes se movilizan y es la chispa que va a mover el resto de la película. Todos comprenderán en un momento u otro que hay que hacer algo por los demás, que hay que confiar más, que hay que evitar las masacres a pesar de todo y que hay que dar esperanza a la gente. Y tras la primera derrota y las situaciones difíciles para Superman, él mismo lo comprende, es humano, porque ser humano es no tener certezas, es levantarse de un tropiezo y aprender, es seguir adelante con tus convicciones.

Creerse un Dios te puede convertir en un monstruo, el abuso de poder contrasta con la humildad del que es auténticamente poderoso. Solo puedo aplaudir a James Gun por todo lo que ha sido capaz de meter temáticamente en una sola película, abriendo un universo sin convertir medio filme en un prólogo del siguiente y venerando a la figura de Superman por ser lo que es: esperanza, bondad, alegría,... Se ha dicho mucho en redes, pero vale la pena dejar constancia una vez más: Este es el Superman al que admiraba el Gigante de Hierro.

portada superman 2025 con el eslogan "look up"

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